Capítulo 29: Dos reclutas >>>> Por Mae (Iari)

Desde los árboles, legolas vigilaba atentamente el paso de una figura cubierta con una capa de viaje con la capucha echada sobre la cabeza, para ocultar su rostro. Con un movimiento, indicó a uno de sus compañeros que ocupara su puesto.

Sabía, por los silenciosos y delicados movimientos de la figura, que era un elfo, o al menos lo era en parte. Además, la firmeza en su paso le indicaba que era un guerrero.

Sin embargo, no le daba buena espina que llevase la capucha echada.

Drizzt no se sorprendió cuando varios elfos, con los arcos desenfundados y una flecha en la mano, si bien las armas no estaban tensas, le salieron al paso. El drow sabía que no era necesario que tuvieran el arco tenso. Incluso aunque lo hubieran llevado a la espalda, había en los árboles otros que seguramente le tenían en la mira. El llevar el arco desenfundado era solamente una señal de desconfianza ante su paso, cosa que le dolió.

Ya sabía que los habitantes de aquella realidad desconfiarían de él por no saber cuales eran sus verdaderas intenciones, que se encontraría con muchos prejuicios a su paso, pero los de los elfos eran siempre los que más le dolían.

-¿Quién eres?- preguntó uno de los elfos.- ¿A qué vienes a éste bosque?-´
-No pretendo hacer daño a nadie.-dijo Drizzt, sin mostrar su rostro.- Tan sólo trato de atravezar éste lugar, pues me dijeron que así lo hiciera para poder encontrar a alguien.-
-¿A quien? ¿A quien buscas?-
-Su nombre es Legolas. Legolas Greenleaf.-

Legolas se quedó de piedra al escuchar su nombre. Sin embargo, se repuso de inmediato.

-¿Para qué le buscas?-
-Debo hablar con él.-
-¿Sobre qué?- preguntó Legolas, que había saltado al camino. Los elfos se abrieron para dejarle paso.- ¿Sobre qué deseas hablar con él?-
-Sobre un peligro. Y una invitación.-
-Pues habla, entonces. Díselo a Legolas Greenleaf.-

El encapuchado pareció sorprenderse.

-¿Tú eres Legolas Greenleaf?-
-El mismo. Habla. ¿Qué tienes que decir?-
-Primero.- dijo Drizzt.- tengo que dejar algo en claro.-

Se retiró la capucha y levantó la cabeza, dejando a la vista su larga cabellera blanca y su negra piel. Todos los presentes retrocedieron un poco al ver un drow, un elfo oscuro, despiadado por naturaleza, frente a ellos. Ésta vez, todos los arcos estaban tensos.

-No necesito nada de un elfo oscuro.- dijo Legolas desde detrás de su arco.
-No vengo en representación de los drows, ni lo haré jamás. Vengo en representación de un ejército, un ejército de defensa de muchas realidades que ni siquiera os imaginais que existen. Un ejército en el que represento a los Reinos Olvidados, y en el que se espera que Legolas Greenleaf represente a la Tierra Media.-

...

Bobby entró en la habitación justo detrás de Wolverine. Vió a Iqtel en la sala. La chica le parecía bonita, y no le extrañaba que Wolverine pareciera estar enamorándose de ella. Sin embargo, no era su tipo.

El chico no prestó demasiada atención a lo que Iqtel decía. Pensaba en Rogue. Con la mirada recorrió los objetos de la habitación, sin verlos realmente. Rogue y él habían terminado hace muy poco, y la herida estaba demasiado fresca. Lo peor de todo era que ni siquiera entendía porqué Rogue había querido terminar con él.

Cuando escuchó la puerta abrirse, se volvió instintivamente a ver quien entraba.

Se quedó con la boca abierta (literalmente). En el umbral estaba la chica más hermosa que había visto en toda su vida. Iqtel guardó silencio para volverse a ver a la inesperada visitante, que dijo:

-Iqtel... Lamento si interrumpo algo, pero voy a necesitar hablar contigo en privado. Hay un par de asuntos que tenemos que tratar.-

Iqtel no pareció demasiado sorprendida. Aunque la verdad, la habían sorprendido demasiadas cosas en aquél día como para que pudieran sorprenderla más.

-Iré enseguida. Tan sólo quisiera terminar con ésto primero.

La chica en el umbral asintió con la cabeza y se fué. Bobby la vió marcharse, y no prestó la más mínima atención a lo que decía Iqtel

...

Drizzt guó a Legolas fuera del paso. Aún con desconfianza, el elfo siguió al drow. Sí, era cierto: Había visto la bondad en los ojos del elfo oscuro, pero aún le costaba trabajo confiar en él.

Drizzt le condujo hasta el despacho de Iari sin pensar en ello. Su cabeza estaba en otra parte.

Llegó frente a la puerta y llamó. Adentro, Iati contestó que podían pasar. Drizzt abrió la puerta y entró.

-Ah, hola Drizzt. Que bueno que has regresado ya.-
-Te traje al nuevo recluta.-

Iari levantó la vista de los papeles que tenía en frente.

-Gracias. Pero pareces molesto, Drizzt. ¿Qué te ocurre?-

Drizzt no contestó. No quería hablar de aquello frente a Legolas. Iari lo comprendió al instante.

-Dime, Drizzt ¿Qué te ocurre?- preguntó en un torpe drow.

Drizzt dió un respingo

-¿Hablas drow?- preguntó, valiéndose de la misma lengua.
-No muy fluído. Pero... un poco. Dime ¿Qué te pasa?-

Drizzt suspiró.

-¿Porqué no me dijiste que era un elfo?- preguntó
-No creí que te molestaría.-
-No lo hubiera hecho si yo hubiera sabido qué esperar. Sabes que se me discrimina por mi raza, Iari, y lo odio. Por vez primera, estando aquí, no se me trataba como alguien diferente, aunque no todos conocen ni mi historia ni mi reputación. Simplemente se confiaba en mí como... como si fuera un igual. Echarme de nuevo en cara que no lo soy no fué muy amable de tu parte.-

Iari palideció.

-Lo siento. No se mne había ocurrido.-
-Pues te agradecería que la próxima vez, tuvieras un poco más de cuidado.-

Drizzt salió de la habitación sin decir más. Iari se pasó una mano por el pelo, suspiró y dijo a Legolas, hablando de nuevo en lengua humana:

-Lamento que hayas tenido que ver eso.-
-¿Qué le ocurre?-
-Oh, está molesto. Conmigo. ¿Qué puedo decir? Él tiene razón. Metí la pata.-
-No se tratará de mí ¿o sí?-
-En parte. Pero no eres tú lo que le molesta, sino el recibimiento que tuvo.-

Legolas suspir{o.

-Entonces sí es mi culpa.-
-No, Legolas. Es mía. Debería de haber ido yo por tí y dejar que fueran Drizzt y Entreri quienes regresaran a la base. Pero ellos se odian. No pueden verse ni las caras. Y creí que si yo volvía con Entreri... Oh, al demonio. Fué mi culpa. Debí de confiar en que ahora que ellos dos están del mismo lado, no pelearían. Es decir, pedir que se convirtieran en "mejores amigos" sería demasiado pedir, pero debí confiar más en ellos.-
-El trabajo de un líder no es fácil...-
-No, no lo es. Pero yo no suelo meter la para. Y ahora sí lo hice. Y a lo grande. Le debo más que una disculpa.-

Legolas la miró con curiosidad.

-No tendrás sangre élfica en las venas ¿verdad?-

Iari rió.

-De hecho sí. Pero trata de no decirlo a nadie, ¿quieres? es un secreto.-
-Claro.-
-Bien. Te explicaré de qué va todo ésto.-

...

-Bien, Wolevrine... y... ¿Qué se supone que tenemos que hacer?-

Wolverine se volvió a ver a Bobby

-¿Qué? ¿No escuchaste nada de lo que dijo Iqtel?-
-Eh... no. Traté, pero tengo la mente demasiado llena de cosas.-

Wolverine dió un gruñido que sonó como una risa.

-Sí, claro. Y la mayor parte de ellas tienen que ver con las chicas, ¿No?-
-¿A qué te refieres?-
-Bueno... sé que acabas de terminar con Rogue, pero más que pensar en ella pareces estar pensando en la siguiente. Me dí cuenta de como te quedaste viendo a Iari.-
-¿A quién?-
-A la hermana de Iqtel, cuando entró en el cuarto.-
-¿Son hermanas? ¡Pero si ni siquiera se parecen!-
-Son gemelas.-
-¿Gemelas? ¿Así que esa es la dichosa gemela de Iqtel?-
-Sí, es ella.-
-¿Y se llama Iari?-
-Sí.-
-Pues mira, que a mí me pareció que no tenían nada que ver la una con la otra...-
-No. Nada que ver.-